Las formaciones virtuales no son nuevas e incluso pueden no ser novedosas, pues muchas caen en el error de digitalizar contenidos que antes se impartían en espacios físicos con la intención de replicar dinámicas antiguas que ya no tienen mayor resonancia. Tras el lockdown generalizado de hace un par de años no solo las universidades y colegios, sino también las empresas, empezaron a optar por modelos de formación que tengan mayor incidencia en el proceso y garanticen una formación a la altura de las necesidades de los usuarios. 
 

Según la UNESCO el aprendizaje móvil puede mejorar el acceso, equidad y calidad en la educación en diferentes niveles a lo largo del mundo, pues los dispositivos móviles utilizados de manera adecuada en procesos formativos pueden potenciar oportunidades de aprendizaje colaborativo e incluso personalizado gracias a que le permiten a los usuarios estudiar durante períodos breves de tiempo durante los cuales acceden a contenidos de mayor relevancia para ellos. 

 

¿Cómo el mobile learning, el microlearning y los chatbots pueden apoyarse mutuamente? 

 

Construir un programa de formación robusto, concreto y exitoso es uno de los objetivos generales de toda empresa, y es que consolidar el conocimiento situado a lo largo de los años no es suficiente si este no se comparte, centraliza o distribuye dentro de los miembros de una organización. Por ello, es cada vez más habitual que las compañías opten por unir varias estrategias al tiempo con el fin de obtener mejores resultados, disminuir costos y toparse con resultados alucinantes. En los últimos años, la asociación entre mobile learning, microlearning y chatbots es cada vez más habitual, puesto que significa encontrar una solución desde diversas perspectivas y convertirlo en un equipo aliado para darle respuesta a un problema.  

 

El mobile learning de manera sencilla es el aprendizaje mediado por dispositivos móviles (teléfonos inteligentes o tabletas)  que se caracteriza por un alto nivel de interactividad. Este tipo de aprendizaje, que cobró mayor relevancia tras la pandemia de COVID-19, no es nuevo, pero sí es más popular ahora, ya que ofrece soluciones instantáneas a los colaboradores frente a casi cualquier tema por medio de diversos formatos que responden de manera adecuada a ciertas necesidades; videos, videos animados, videos interactivos, juegos y podcast, entre otros, son posibilidades de aprendizaje que contempla el mLearning.  Por su parte, el microlearning es un conjunto de tecnologías educativas que se caracteriza por tres aspectos claves: corta duración en las unidades de contenido; centralización de un resultado específico con el propósito de desmenuzar el contenido y múltiples formatos y plataformas. Aunque guarda relación con el mobile learning en tanto ambas modalidades pueden realizarse en cualquier lugar y en cualquier momento, el microlearning es un forma de enseñar contenido a través de bocados de aprendizaje, lo que significa no solo utilizar dispositivos digitales, sino tener a la mano contenidos de aprendizaje fragmentados que, por sí mismos, son suficientes.  Se espera que para el 2025 el 75 % de la fuerza laboral esté constituida por millennials, grupo poblacional, que según estudios generales, tiene atención promedio de 90 segundos, lo que justifica mucho más el microlearning. 

 

En este punto solo queda un ítem del cual hablar: los chatbots. En promedio una persona puede recibir 27 mensajes al día a través de sistemas de mensajería instantánea, lo que da cuenta del uso recurrente de este tipo de servicios en medio de procesos de comunicación. Entonces, ¿cómo vincular chatbots a procesos formativos? Los chatbots no son un invento reciente pero sí han ganado mayor popularidad con los años. Se han convertido, paulatinamente, en una herramienta mucho más apetecida por las compañías que requieren de formaciones corporativas en ambientes de poca o nula conectividad, pues su estructura también soporta una versión offline. Los chatbots son aplicaciones de software que simulan conversaciones por medio de textos predeterminados que crean, guían y estructuran rutas de aprendizaje. Este tipo de estructuras están diseñadas para permitirle al usuario/colaborador acceder a información omnicanal de forma intuitiva y rápida, sin la presión de aprender paralelamente sobre funcionamientos de hardware software que no conoce, por lo que se convierte en una opción atractiva para la formación empresarial, pues elimina tiempos extras de aprendizaje sobre plataformas y entornos. 


 

¿Cómo esta tríada redujo la accidentalidad de los miembros de una compañía hasta en un 50 %? 

 

Las formaciones corporativas no siempre tienen  que ver con la actualización de conocimientos previos o la generación de nuevos conocimientos. En ocasiones, están volcadas a mitigar los impactos de malas prácticas internas que conducen a consecuencias letales y ponen en peligro a los trabajadores, por lo que enfocar un proceso de capacitación, en reducir el riesgo es una tarea que involucra a múltiples actores y no depende, solamente, de los contenidos que se presenten. En este caso específico, la agroindustria colombiana tiene altos niveles de accidentabilidad laboral, lo que se traduce en complicaciones en la cadena de servicios y afectaciones a los trabajadores, por lo que las prácticas seguras, en procesos de producción agroindustrial, son más que necesarias. 

 

Zalvadora trabajó de la mano de una de las compañías más grandes del sector agroindustrial y su estrategia incluyó involucrar a los trabajadores. No bastaba con explicar concienzudamente información sobre el cuidado, ni tener a la mano los mejores insumos multiformato: el paso siguiente era vincular activamente a los trabajadores para que ellos fueran parte del cambio. El reto, por supuesto, fue gigante y uno de los factores en contra era el alto índice analfabetismo digital y los cortos espacios de tiempo disponible en la jornada laboral para capacitarse, por lo que la estrategia debía ser multi impacto y estar a la altura de la situación. La fusión entre mobile learning, microlearning y chatbot arrojó un resultado reconfortante y sorprendente. Por medio de formaciones concretas, cortas y de fácil navegación y accesibilidad, y con trivias mediante las cuales se validó el conocimiento adquirido por cada uno de ellos y se amplió información fue posible reducir el índice de accidentabilidad en un 50 %, lo que significó un ambiente más seguro y cuidadoso con los trabajadores y mejor ROI, además, de que la compañía logró ahorrar hasta un 70 % de dinero con este tipo de formación


 

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