Es la forma organizativa adoptada por la entidad para garantizar su funcionamiento. Está definida por la alta dirección atendiendo a factores como: el tipo de empresa, la amplitud de dependencias, infraestructura, carácter legal, tipo de entidad y contexto. La estructura se presenta en la mayoría de los casos en forma gráfica como organigrama, carta orgánica, en la que se observan las líneas de autoridad y la interdependencia funcional.